viernes, 14 de marzo de 2008

Oslo

Aprovechando que en la última entrada escribí sobre el museo Munich, revisemos un poco la ciudad de Oslo. Oslo es una ciudad interesante. Si bien no cuenta con los tesoros de las grandes ciudades europeas como Londres, París o Roma, se trata de una ciudad única, ubicada en la orilla de un fiordo.

Si bien Oslo es una ciudad que data de al menos unos mil años, su historia estuvo plagada de incendios que arrasaron la ciudad en diferentes épocas. Finalmente, en el siglo XVII (1624) fue reconstruida en un lugar cercano al original Oslo y bautizada como Christiana, ya que el responsable de su edificación fue Cristian IV, rey de Dinamarca y Noruega. En 1925 se volvió al nombre original de Oslo.

En Oslo existe un parque maravilloso, llamado Parque de Vigeland, o Parque de las Esculturas. Este parque fue creado por el escultor Gustav Vigeland. Las dos obras centrales de este parque son El Monolito y La Rabieta.





En Oslo se encuentra la sede del Premio Nobel de la Paz.



Un lugar de particular interés es la pista de salto en esquí. La vista que se tiene de la ciudad es fantástica y si el tiempo lo permite, se puede apreciar el fiordo en toda su extensión. La pista cuenta con un museo muy interesante sobre la historia del esquí.







Cerca de la pista, se puede cenar reno o alce en alguno de los restaurantes clásicos. Por poco y me rompo el cuello caminando sobre hielo con zapatos completamente inapropiados.



Debido a que Oslo es visitada por muchos en barco, los noruegos quieren tener una vista magnífica. Por esto quieren eliminar la impresión de que se trata de un puerto de carga y están por inaugurar su nueva casa de la ópera.



El ayuntamiento cuenta con unos murales magnífcos.



Caminar por la ciudad de Oslo es un gusto, pero si gustas de los museos y sobre todo de la pintura, no debes dejar de visitar la galería nacional.

lunes, 3 de marzo de 2008

El museo Münch

En los años 80's tuve la fortuna de ver en la ciudad de México, en el ahora extinto Museo de Arte Contemporáneo, que se ubicaba en Campos Elíseos y Jorge Elliot, una maravillosa exhibición del pintor noruego Edwar Münch. Desde el primer momento en que tuve contacto con la obra de Münch quedé encantado, maravillado por su percepción de la realidad, que estaba influenciada por una vida llena de momentos terribles, acosada por demonios como el alcoholismo y la muerte.

Con el tiempo, la perspectiva hace dudar de las razones por las que uno gusta de un artista con el que no tiene un contacto permanente, o al menos constante. Este fin de semana, sin embargo, tuve la oportunidad de pasearme por las salas de la Galería Nacional de Arte y sobre todo, del Museo Münch en Oslo. Pasearme por las salas del museo Münch me hizo recordar las razones por las que Edward Münch es uno de mis pintores favoritos. Aquí les dejo algunas fotos que tomé en el museo Münch, espero que las disfruten.

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